No dejó un dibujo en el aire, no dejó las marcas de su itinerario...
Pero nada se pierde, todo se queda en el mundo: seguramente las sonrisas hacen una parva, poniéndose una al lado de otra, una encima de otra...y después se transforman en mariposas:
¿Y esa nube de tormenta que va ennegreciendo el cielo...y esa otra que se le ha sumado...y la que viene desde el otro lado, no están hechas de gritos airados, de imprecaciones, de "malas palabras" que salieron del televisor? ¿Y la música?
Y las caricias son césped, gramilla, pastito tierno por el que podemos correr descalzos, echarnos panza al sol para dormir la siesta...
Los besos son la lana de las ovejas.
Las mentiras son el fuego que incendia los bosques.
¡Oh, cuida lo que pones fuera de ti, no creas que lo puedes echar a la basura...
Vamos a tomarnos del dedo meñique, como cuando estábamos en sexto grado, vos y yo, como dos amigos de verdad...y nos vamos a prometer:
Y seguro que ni vos ni yo queremos que la desdicha sea la neblina de los amaneceres, que los llantos sean los truenos de las tormentas, que el viento de la desesperanza el altavoz del aullido de los lobos...
¿A dónde se va lo que se va?
Se va a dar una vuelta por ahí, y luego torna, vuelve, regresa, pasa nuevamente a nuestro lado, no desaparece, no se borra, no se debilita...
Estará siempre.
Y no queremos que las penas arrastren sus cadenas de fantasmas...
No queremos que el desamor ataque con el diente envenenado de la cobra...
No queremos que las violetas sean un ramillete de espinas...
Por eso, cuida tu voz y tus palabras...cuida tus pensamientos...
Porque todo lo lleva el viento, y "El viento sopla donde quiere, tú oyes su voz, pero no sabes a dónde va, de dónde viene..."
Laly como siempre bellas y justas palabras!
ResponderEliminarTe quiero mucho y te agradezco tu amistad.
Besitos
Susy