- No te subestimes comparándote con los demás. Todos somos diferentes y cada uno es especial.
- No establezcas tus objetivos de acuerdo con lo que otros consideran importante. Sólo tú sabes qué es lo mejor para tí.
- No des por sentado aquello más cercano a tu corazón. Aférrate a eso como a la vida, ya que sin eso la vida carece de sentido.
- No dejes que esa vida se te escape de las manos por vivir en el pasado o por pensar en el futuro. Si vives tu vida de a un día por vez, vivirás todos y cada uno de los días de tu vida.
- No te des por vencido cuando todavía tienes algo para dar. Nada está realmente terminado sino hasta el momento en que dejas de intentarlo.
- No temas reconocer que no eres perfecto. Ese es el frágil lazo que nos une a los demás.
- No temas enfrentar riesgos. Es precisamente asumiendo riesgos que aprendemos a ser valientes.
- No dejes el amor fuera de tu vida y no digas que es imposible de encontrar. La forma más eficaz de recibir amor es dar amor; la forma más rápida de perder el amor es sofocarlo y aferrarse a él; la mejor manera de conservar el amor es darle alas.
- No pierdas tus sueños. Quedarse sin sueños es quedarse sin esperanzas; vivir sin esperanzas es vivir sin un propósito en la vida.
- No corras por la vida hasta terminar olvidando no sólo dónde has estado sino también adónde vas. La vida no es una carrera sino un viaje que debe ser disfrutado a cada paso.
martes, 22 de diciembre de 2009
Un credo para vivir
Susan Polis Schutz
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